martes, 5 de diciembre de 2006

...espera


...la mirada abajo recorriendo distraídamente las imperfectas uniones de un cuadro del suelo con otro. Así, hasta ver la delgada línea amarilla que no debemos rebasar y el pozo lleno de tablas y piedritas...

¿Llegará? la mirada sube ahora hacia el techo para ver el letrero luminoso Dirección Cuatro Caminos; 3:10, ─ ¡Más de media hora! ─, un suspiro y de nuevo los al suelo, a la seguridad del amarillo y a las piedras de las vías, que de vez en cuando son interrumpidas por un tren naranja que abre y cierra sus puertas para que todo aquel que lo espera Antes de entrar permita salir.

La mirada sube del piso hasta la línea amarilla, una y otra vez con cada tren, hasta que en uno de esos impacientes recorridos por fin alcanza a ver el estuche de un misterioso instrumento, un largo abrigo negro, unos ojos grandes de mirada profunda,

una nariz tan fina como su figura,

una sonrisa,

un hola

y un beso en la mejilla.

…la espera ha terminado.

sábado, 18 de noviembre de 2006

Frangélico

ella cerró suavemente los ojos después de que él se lo pidiera a modo de juego. Su mente quedó en blanco, el único sonido entre ellos era el repentino respirar agitado de ella y algunos suspiros entrecortados de él. Ella sonreía de desconcierto, mientras su mirada nadaba en el carmesí del interior de sus párpados. Sus labios… no sabía que hacer con ellos, no sabía si apretarlos o entreabrirlos sutilmente invitándolo sin que él lo notara… a él le temblaban las manos, sentía el fuerte impulso de pasar sus dedos sobre las mejillas y sobre los ojos cerrados que le miraban, sobre los labios nerviosos que le invitaban a acercarse… pero sólo guardó la imagen de su deseo en la memoria… Si se acercaba podría arruinarlo todo… Ella escuchó algunos ruidos ¿qué estaría haciendo?, pensaba... él, con todo el cuidado del mundo, como si de eso dependiese toda su vida acercó poco a poco un pequeño frasco al rostro de ella… ella sintió como él se iba aproximando, entreabrió la boca y se inclinó un poco hacia delante… él apenas pasó el frasco rozando su nariz…ella sintió cómo un aroma color ámbar la llenaba de caricias mientras la invadía el desconcierto... Su boca chocaba a momentos con el frío vidrio del frasco de donde provenía el aroma… él se acercó un poco más. Alejó el pequeño frasco del rostro de ella y lo volteó lentamente sobre la punta de sus dedos dejando caer sólo algunas gotas. Sintió casi al momento el tono dulce del líquido volatilizándose en el ambiente… ella lo sintió más cerca. Esta vez no supo que esperar. Esta vez no supo si contener el impulso y tampoco supo si lo podría soportar…él acercó su mano muy lentamente hacia la boca de ella, sintiendo el roce de su aliento y el lento efecto de la fuerza de gravedad sobre las gotas del licor que resbalaban por sus dedos… ella volvió a percibir el aliento de las almendras, sintió como el la besaba con los dedos, sus labios se iban abriendo, pero la mano de él ya no estaba, sólo quedaba la esencia evaporándose en sus labios ansiosos…